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Barros, Papa, Trump, Rojo, Nocturnos, JC

catedral-de-osorno¿Emérito? Aunque un amigo me trata de ignorante porque digo que a Juan Barros, obispo de Osorno (foto catedral), lo ascendieron a la categoría de “emérito”, me jura que no. Emérito, en la RAE es: “persona que se ha retirado de un empleo o cargo y disfruta algún premio por sus buenos servicios”, y “profesor que sigue dando clases después de la jubilación, en reconocimiento a sus méritos”. Le digo que cuáles son los “buenos servicios” de Barros para “disfrutar un premio”, si lo que hizo fue encubrir la pederastia y pedofilia que ocurría en la parroquia de El Bosco y en el entorno del delincuente Fernando Karadima. (Y no sabemos a ciencia cierta si Barros también sea pederasta) De igual manera, por qué “reconocimiento a sus méritos”, si sus méritos fueron encubrir la pederastia y pedofilia en la parroquia El Bosque o el entorno de Fernando Karadima. Me dice que ese es lenguaje de la curia, que no tiene nada qué ver con la RAE. ¿Qué? ¿También corrompen el idioma, para encubrir sus delitos? Para los curas y el Vaticano, alguien que encubre la pederastia y pedofilia puede ser “emérito”, y entonces la pederastia y la pedofilia no es un delito sino un pecado solamente.

¿Encubrimiento papal? Ahora se dice que la salida de Juan Barros de la diócesis de vaticanoOsorno lo deja con todos “los honores”, porque el papa le aceptó su renuncia protocolaria, pero no lo destituyó por encubridor de pederastia y pedofilia. Salió limpio de polvo y paja, como se dice, aunque en su caso puede también hablarse de una expresión literal. El papa, entonces, desde el Vaticano (foto), a mi modo de ver es, nuevamente, un encubridor de Juan Barros. Hace 3 años lo encubrió diciendo que las denuncias en contra de Barros era de gente “tonta” influenciada por “la zurda”. Que Osorno “no entendía los designios de Dios”, dijo el papa. Y cuando estuvo aquí en Chile, regañó a un periodista que le preguntó por Barros, diciendo que “no había una sola prueba en contra” de Barros. Como me lo temía, el papa montó una escenografía, con “enviados especiales” y reuniones, para mofarse de las víctimas. Y el primer paso, en su tinglado, fue darle salida a Juan Barros “sin condenarlo por su proceder”. Simplemente le aceptó una carta de “renuncia protocolar”. El papa le está haciendo trampa a la feligresía de Osorno, y de Chile, y a este ritmo, se va a ir al infierno.

Trump. Dígase lo que quiera, pero lo que no pudieron sus antecesores, lo logró Donald Trump: frenar a Corea del Norte. Puede que no nos guste el jopo, la gomina que usa, o la forma poco ortodoxa de enfrentársele a Kim Jong-Un, pero lo logró, sin degradar las cualidades de Estados Unidos como potencia mundial.

Rojo. La nueva versión del programa Rojo, del canal oficial Tvn, la está animando Álvaro alvaro escobarEscobar (foto). El fondo del programa es el mismo del Rojo anterior: visibilizar el talento de jóvenes en el canto y el baile. Jóvenes que quedaron de un cedazo previo. En nada hace recordar el Rojo anterior que animó Rafael Araneda. Y, con todo respeto, creo que lo hace mejor Álvaro Escobar. Esa voz nasal de Rafael Araneda, y el “misterio” o “suspenso” que le ponía a ciertos pasajes del programa resultaba patético. Además, Escobar se siente menos acartonado, más cercano. Parece humano, en comparación con “el tío conductor”. Y este sería un comentario: no le digan “tío conductor” a Álvaro Escobar. Ese mote se usó con Rafael Araneda, y el Rojo actual en nada quiere calcar lo que fue el Rojo del pasado.

Nocturnos. Hablando de nuevos programas en la tele, hay que mencionar los programas lanocheesnuestra“La noche es nuestra”, de Chilevisión (foto 1), y “Sigamos de largo” de Canal 13 (foto 2). Espacios de entretenimiento, al final de la programación de esos canales de televisión abierta. ‘La noche es nuestra’ es conducido por Felipe Vidal, Pamela Díaz y Jean Philippe Cretton. Es, simplemente, una sala de casa, o departamento, donde se sientan los conductores con los invitados, sin ningún propósito (me refiero a que no pretende “la noticia”, ni “revelar un secreto” de la vida de los invitados, como se acostumbra en los programas de entrevista) Es pasarla bien, solamente. Me agrada. En cuanto a ‘Sigamos de largo’, está entre la simple entretención y la entrevista. Encuentro que, a diferencia de los tres animadores de ‘La noche es nuestra’, que son livianos, sin pretensión de nada, los tres sigamos-de-largoanimadores de ‘Sigamos de largo’ (Marcelo Comparini, Sergio Lagos y Marco Silva) son muchos. Pesan. Y el programa queda desbalanceado. Casi pesan más los animadores que los invitados. Esto se ha aliviado un poco, con el reemplazo que Javiera Contador está haciendo de Marcelo Comparini (merecedor de toda admiración por su creatividad a lo largo de su carrera, y su inteligencia) mientras está fuera de Santiago, según han dicho allí mismo. ‘Sigamos de largo’ me agrada, sin embargo no está del todo ajustado, como sí lo está ‘La noche es nuestra’, con relación al propósito.

Otra vez JC. Ya que estamos en farándula, decir por último que Julio César Rodríguez jc rodriguezmintió en el programa ‘La noche es nuestra’, del canal en que él trabaja, donde dijo que las quejas por su morbosidad y manoseo de mujeres durante la animación de Viña del Mar 2018, se redujo “a un simple meme”, que “lo pilló” en un gesto. No. No es así. Hay 3 o 4 horas, horas de videos, en las que se ve su manoseo y sus miradas morbosas a todas (sin excepción) las mujeres que entrevistó. Como se anotó acá, cambiaba de mano el micrófono para poder cogerlas por la cintura. A todas. Ahí están los videos. No fue un meme. Que no mienta. La calentura de JC Rodríguez llega al punto de hacer desnudo el programa que tiene en la cadena radial demócrata cristiana Bio Bio (foto).

Nueva arremetida retrógrada contra Yerko

yerko-810x540Excelente la primera rutina de Yerko Puchento en su inicio de temporada 2018. Quizás no hubiera sido necesario pintarse la cara de negro y ponerse una peluca encrespada para hablar de la migración de haitianos hacia Chile. El atuendo característico de Yerko Puchento hubiese bastado. Eso sería lo único a comentar. Sin embargo, al día siguiente, como si se hubieran puesto de acuerdo, salieron El Mercurio y La Tercera a descalificar a nuestro admirado humorista. Lo consideraron ‘irrespetuoso’ por una broma que hizo a la actriz transgénero Daniela Vega. La talla no me pareció tan terrible como la quisieron hacer ver. Y como si hubiese intocables. En sus páginas web, esos diarios dejaron ‘colgada’ la ‘noticia’ de crítica durante varios días, sin explicación alguna. También escuché a Sergio ‘Checho’ Hirane, como una comadre histérica, despotricar por la retrógrada Radio Agricultura contra Yerko Puchento. Él, que dice ser ‘humorista’, pelaba como vieja copuchenta la rutina de su colega. ‘Checho’ Hirane, el admirador del traidor, ladrón y asesino Augusto Pinochet, que se viste de militar los días patrios, este seudo analista político que estila veneno, seudo periodista que inventa crisis y desastres donde no los hay, seudo humorista que tuvo un late en un canal de cable que no duró más de 3 programas, babeaba contra Yerko Puchento, pidiendo su cabeza. Dijo que cómo permitía Andrónico Luksic, el dueño del Canal 13, que Yerko Puchento hiciera bromas ‘tan pesadas’. Tal vez no ha notado el seudo humorista ‘Checho’ Hirane que Luksic es más liberal que él, más moderno que él, menos cartucho que él. Con las babas chorreando, que se oye que las chupa para que no caigan sobre la mesa del locutorio, y que hace un ruido como si aspirara hasta las muelas, tan desagradables manías para los oyentes, clamaba, en actitud por completo histérica, que debían sancionar y sacar del aire a Yerko Puchento. O sea, tres medios con nostalgia de dictadura, El Mercurio, La Tercera y Radio Agricultura (la emisora por la que habla irresponsablemente ‘Checho’ Hirane), en picada contra Yerko Puchento. Quieren que Yerko sea una especie de monja o cura de buenos modales, desfigurándolo. No es así Yerko Puchento. Él es cínico, es cruel, es ácido, es de humor negro. Pero, sobre todo, Yerko Puchento es de crítica social. Y esto es lo que los conservadores, los retrógrados como ‘Checho’ Hirane, no soportan. Amparándose en una crítica de forma, lo que quieren es callar su voz de protesta. Ellos se quedaron en el pasado, en más de un sentido. Quieren que todos seamos unos amargados como ellos. Que el país viva amordazado. Y les arde en aquella parte, que un humorista de verdad tenga la más alta sintonía, sea el más admirado y más inteligente que ellos. Dejen de rebuznar.

JC macho machote; arzobispo de Malta

JC RodríguezMacho Machote. Cuando dábamos por cerrada la sucesión de Mauricio Israel como ‘el playboy de Chile’, Julio César Rodríguez (foto) saltó a la palestra con la mano arriba. ¿Hay alguien que pueda ser el sucesor de Mauricio Israel?, se preguntaba todo el mundo, y J. C. Rodríguez se levantó y dijo, como el Chapulín Colorado: “Yo”. Y es verdad. Rodríguez es el mejor continuador de las proezas de Israel. Vuelve locas a todas las mujeres. Es un macho machote. Una amiga de Raquel Argandoña le confidenció que una conocida de una amiga de esa amiga daba fe de que Rodríguez era un amante insuperable. Que tenía lo suyo. Y viene a la mente, entonces, que cuando convivía con Laura Prieto dio una entrevista en la que dijo algo profundo: “Yo hago el amor tantas veces al día cuantas veces tenga ganas”. ¡Oh!, qué hombre admirable. ¡Qué macho! ¡Qué varón! Y, además, contaron que ha tenido 15 pololas. ¡Quince! Una de ellas, Alejandra Valle; confirmó que lo más importante es que Rodríguez es simpático. Más que un “macho recio”, dijo, es un hombre “muy sensible”. Así que, sin dudas, destronó a Mauricio Israel. Aunque la versión menos estrafalaria y más realista la tiene Aristarco: Julio César Rodríguez salió de los extramuros de Concepción, de una pequeña comuna llamada Hualpén. Y de pronto se ve en Santiago, con acceso a jovencitas de Providencia y Vitacura. Y deslumbrado, muerto de contento con su buena suerte, empieza a “comérselas a todas”. Aristarco resumen así: Rodríguez es un cazador. Su última presa es Camila Nash. A raíz de esta caza, le han hecho programas de televisión para mostrar su incomparable masculinidad. Es todo un semental. Siempre dispuesto, hasta cuando está laborando (parece, por la foto) en la cadena radial demócrata cristiana ‘Bio Bio’. Todos están de acuerdo en que ya sabe cómo funcionan las cosas y qué teclas tocar para que suene la melodía. Y está feliz, como cuando llegó a Santiago. Y seguirá cazando. Además, al final sabe que tiene un refugio seguro: Francisca García Huidobro. Ya lo dijeron hace dos años en la portada de la revista ‘Caras’: “Vamos a estar juntos… a los 70”.

Malta. Cuando el papa Francisco nombró a Juan Barros obispo de la ciudad de Osorno, arzobispo charles ciclonien el sur de Chile, hubo marchas de protesta, y durante la primera misa la gente asistió con globos de aire negros y carteles que decían ¡Fuera Barros! La reacción de la gente se debió a que Barros había sido involucrado en el más connotado caso de pederastia y pedofilia de la iglesia católica en Chile, el de “el cura de los ricos” Fernando Karadima. Se indicó que Barros fue testigo y cómplice de los abusos infantiles de Karadima. Hace un año, un feligrés chileno le preguntó al papa, en la Plaza de San Pedro, por el caso del obispo Barros. El papa contestó: “La gente es tonta, se deja llevar por la zurda”. Recientemente el papa estuvo en Chile, y una periodista le preguntó por el obispo Barros. Dijo: “No tengo información”. Los niños afectados por los abusos sexuales de Karadima, que hoy son hombres adultos, traumatizados, señalaron a Barros como una persona cercana a Karadima, y como encubridor de sus actos pervertidos. Ellos consideraron la actitud del papa una burla. Las cámaras de televisión mostraron a un papa sonriente, que le daba un beso en la mejilla al obispo Barros, cuando terminó su viaje a Chile. Y todo quedó así. Sin embargo, parece que un gusto amargo incomodó al papa en el “asunto Barros”, y envió al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, a investigar las denuncias contra el obispo de Osorno. El arzobispo Scicluna tuvo que ser operado de urgencia, por un cuadro inflamatorio de la vesícula biliar, y eso interrumpió las entrevistas con las víctimas, pero finalmente terminó su labor: escuchó a los violados por Karadima y a quienes acusan a Barros de encubrirlo; y a muchísimos más, incluso al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, señalado, también, de encubrimiento. El arzobispo Scicluna hace poco regresó a Roma. ¿La investigación ordenada por el papa terminará en que es una tontera de los violados y los abusados sexualmente, que se dejaron llevar por “la zurda”? ¿Removerán al obispo encubridor Juan Barros? Yo creo que todo fue una pantomima. Ojalá me equivoque. Y si ocurre, lo reconoceré aquí mismo. Entre tanto, todos quedamos a la espera.

Sebastián ‘Guatón traspirado’ Dávalos Bachelet

sebastián dávalosOtra vez la fórmula de ensuciar a los demás para justificar su propia mugre, fue utilizada sin pudores por Sebastián Dávalos (foto), el hijo de la presidenta Michelle Bachelet, que yo prefiero, porque es más gráfico y justo con su personalidad, llamarlo como lo hizo Yerko Puchento: ‘Guatón traspirado de los aros picantes’. Ahora resulta que la culpa de sus actos impúdicos y rayanos con la ilegalidad, como el préstamo oscuro otorgado por Andrónico Luksic, dueño del Banco de Chile, para que el guatón traspirado de aros picantes, siendo funcionario público en La Moneda, ganara con su mujer una millonada, con solo ‘la pasada’, es el exministro Rodrigo Peñailillo.

Ahora dice que ocultar información en el computador, que lamentablemente ocupó en un cargo burocrático sin norte, es culpa del exministro Peñailillo.

Es como si el guatón traspirado de los aros picantes pasara por el frente de La Moneda y Rodrigo Peñailillo lo enredara en un crédito de $ 6.500 millones y en haber eliminado información oficial, susceptible de indagación judicial.

Qué sinvergüenza este sujeto que, desgraciadamente para Chile, tendremos que seguirlo viendo mientras viva, arrastrando su cinismo y sinvergüenzura sin par, porque “es el hijo de la presidenta”.

Vamos a ver hasta cuánto le funciona el truco de culpar a otros de tener las manos sucias, cuando las manos propias no están limpias.

Pero también, en la suma disparatada de acusaciones sin par, él quería dar su versión ‘oficial’. Quería dejar sus palabras escritas “para la historia”, y qué mejor que ante un juez.

Esas acusaciones son su versión ‘histórica’, contra la que ahora tienen, contradictoriamente, que enfrentarse los demás.

Ya los vilipendió, los difamó, y entonces serán los ofendidos, Rodrigo Peñailillo y otros, los que tienen que ‘limpiar’ su imagen, y no él, el guatón traspirado de los aros picantes, que es el verdadero responsable de sus propios actos.

Es, todavía, un idiota adolescente, pese a la mole de grasa que lleva encima.

Y es, sin duda, uno más de ese grupo de la alcurnia chilena, que bordea la ilegalidad como Andrónico Luksic, o que ha violado la ley como Eliodoro Matte o Jovino Novoa (quien posó de santurrón, y sus seguidores de la Unión Demócrata Independiente, Udi, le echaron incienso, y en su prepotencia se negó a colaborar con la justicia que dice respetar, pero al final confesó que había cometido delito)

¡Y esta es la clase dirigente!

‘The switch’ y ‘Espías del amor’ en tv chilena

Fernanda Brown-Roberto CortésThe Switch. Hay en este momento en la televisión chilena dos programas livianos, entretenidos, que llevan subyacente un mensaje importante. Uno de ellos es ‘The switch’ (‘El arte del transformismo’), en el canal Mega. Se trata de encontrar al transformista integral: el hombre que no solo se vista de mujer, y lo parezca, sino que además cuente con otras virtudes, como poder actuar un drama o una comedia, y saber cantar.

Al principio era más o menos un griterío de ‘locas’, que con el paso del tiempo y la insistencia de los profesores están entrando en razón, de que no se trata de ‘ponerse unas faldas’ sino de considerar el transformismo como un arte. Y una profesión.

La procedencia de los concursantes es diversa. Uno de ellos era obrero de la construcción, otro esposo y padre, otro actor de teatro, etcétera. En varios casos, realmente han logrado un nivel de aceptación importante como ‘mujeres’. Porque todos quieren ser lo más fielmente ‘una mujer’. Jamás lo serán, obviamente, como admite uno de ellos, Roberto Cortés (foto), que caracteriza a ‘Fernanda Brown’ de su creación.

Cuenta Roberto Cortés que no fue que un día amaneció pensando en ser gay. Porque antes que transformistas son gay, homosexuales. Eso no ocurrió así, sino que desde niño sintió que ‘era distinto’ a sus compañeritos de colegio. En lugar de patear un balón de fútbol prefería hablar con otro amiguito, o soñar con muñecas jugando al papá y la mamá.

Lo mismo narra Marcelo Ramírez, ‘Luna di Mauri’, que inclusive estuvo casado y tuvo una hija. Pero no se casó convencido, sino por no defraudar a su familia y al vecindario. Al final, había una olla a presión en su pecho, y a la primera que le habló de sus inclinaciones reales fue a su esposa. Un trauma, pero ella terminó por comprender, y hoy mantienen una relación sana de amistad.

El mensaje que subyace en el programa de Mega es poner de presente un mundo oculto, compuesto por hombres que tienen alma se mujeres. Ya sabemos de casos de acoso a los homosexuales, inclusive de asesinatos perpetrados por homofóbicos desorbitados. Pero en tanto la condición sexual de los participantes, homosexuales que no escogieron serlo sino que llegaron al mundo siéndolo, y fueron los primeros en sorprenderse de poseer una sensibilidad distinta a la de los de su género, el programa la respeta y, de hecho, la promueve desde el punto de vista artístico.

Espías del amor. El otro programa dedicado a un mundo en apariencia espías del amorraro, es el de ‘Espías del amor’ (logo), del canal Chilevisión, una franquicia que cuenta historias de personas que han trabado amistad, y luego se han enamorado, a través de internet. En la totalidad de los casos, esas personas que dicen sentir emociones de amor por quien está al otro lado de la línea, sentados ambos frente a un computador, no se conocen. Y en la mayoría de los casos no se han hablado sino por teléfono, ni ante la propia cámara del computador. Lo que el programa hace es develar quién está al otro lado.

Son contados los casos en que las personas dicen la verdad. Una de ellas apela a fotos falsas, y si se hablan por teléfono celular, por ejemplo, aplican distorsionadores de voz. En el engaño para ‘enganchar’ al otro, se llega inclusive al cambio de sexo. Curiosamente, son mujeres que simulan ser hombres; lo hacen con dos propósitos, hasta ahora vistos. Uno, porque hay, ciertamente, una inclinación sexual latente, y otro, para sonsacar dinero. Hay también casos de personas que usan información real, hombre y mujer, que llegan a conocerse gracias al programa, y terminan gustándose.

El mensaje que subyace es el de los nuevos tiempos, un mundo con una capacidad de interrelaciones virtuales, rápidas y azarosas, por millones. Desde la comodidad del living o la alcoba, una persona se comunica con otra que está en otra ciudad o en otro país, y llegan a trabar amistad y enamoramiento.

Cuando es real, ¡bendito sea internet! Pero cuando es una estafa, una mofa, una suplantación maliciosa, ¡internet es una amenaza!

El éxito de los dos programas es que ponen al descubierto la realidad que subyace en la cotidianidad de nuestras ciudades y nuestros países. Personas que hacen cosas, alejadas del ojo censurador de un pariente o amigo que les llame la atención. En el caso del transformismo, el asunto es más profundo, más humano, porque se trata de la esencia de las personas y de la profesionalización de un oficio. En el de internet amoroso, es un juego que puede terminar con una lluvia de pétalos de flores, lanzados por un gozoso Cupido, o con una cara larga o de pocos amigos, producto de un engaño que puede llegar a ser mayor.

‘Noche payasa’ de Pedro Lemebel

pedro lemebel2Esto le ocurrió a una loca patinadora, incansable en su búsqueda de cumbia cachera, a quien no le importaba el terrorífico toque de queda en algún septiembre de la patria ochentera. Esos septiembres de dictadura con tantas fechas y conmemoraciones y barricadas y el resplandor de la protesta en el cielo tenso de la represión. Pero a la loca nunca la intimidaron estas turbulencias políticas. Menos ese día en que juntando sus ahorros, salió a comprarse su par de soñadas zapatillas de marca que le costaron un ojo de la cara. Pero ese lujo se lo podía dar caminando bien cuica por Estación Central abajo, al borde de la hora de paralización nacional.
Una hora precisa para atrapar un macho errante con quien tener un refregón en algún sitio eriazo. Y anduvo elástica en sus zapatillas Adidas nuevitas, mientras la gente corría tomando la última micro que, con cueva, agarraban para irse al hogar. Ella andaba fresca en sus aladas Adidas, mientras la gente neurótica pasaba de prisa mirando la hora. Santiago se ponía brígido cuando las calles quedaban desiertas y lo único que zumbaba en la noche era el aullido policial alterando el pulso cardiaco de la urbe. En ese tiempo, algunas mariquillas hambrientas de culeo express, peinaban la ciudad crispada del toque de queda en busca de semen fresco. Y ese era el desafío, agarrar algo justo al borde del peligroso callejeo. Entonces la loca en sus flamantes Adidas, flotaba por Alameda poniente viendo que no pasaba nada, ni un alma se distinguía en el peludo silencio nocturno. Sólo a lo lejos, cerca de General Velásquez, se veían brillar las guirnaldas de ampolletas que anunciaban la presencia de los grandes circos, que siempre en esas fechas levantan sus carpas en el baldío de esa concurrida esquina. Y hacia allá se dirigió la loca atraída por el fulgor de los carteles. Y nada más encontró la infinita soledad cuando solo faltaban cinco minutos para el toque. ¿Tiene un cigarro?, la sobresaltó la voz gruesa de un cuidador del circo que vigilaba las carpas. Ufff, por fin algo, suspiró la loca con alivio. Y luego a la luz del fósforo vio el destello lujurioso en la mirada del macho man, que sin mediar conversa la hizo pasar a la pequeña cabina de lona donde dormía en un catre de campaña. Allí no había nada más que esa cama plegable, y para qué más, pensó la loca desatando sus preciosas Adidas que las dejó con delicadeza en el suelo. Luego, se entregó a los fragores orangutanes del cuidador que se la comió viva ensartándola una y otra vez en su mástil cirquero. Aquella agitada contorsión sexual dejó agotado al potente hombre que al instante se quedó dormido a raja suelta roncando el relajo de la evacuación. Eso sería todo, se dijo la loca, bajándose silenciosamente del catre para buscar en la oscuridad sus flamantes zapatillas. Y buscó y buscó a tientas bajo la cama sin encontrar ni rastros del calzado. Entonces se dio cuenta, que la carpa quedaba corta y no llegaba al suelo, y desde afuera alguien las vio y solo tuvo que estirar la mano para cogerlas, mientras ellos estaban en la combustión sodomita.
Sin duda, era una tragedia haber perdido sus incomparables Adidas, pero era más terrible tener que irse en plena madrugada a pata pelá caminando por la noche negra del toque de queda. Algo habrá por aquí, pensó hurgueteando bajo la cama, algo que ponerme aunque sean chancletas viejas, entonces palpó algo parecido a unos zapatos, pero tan grandes. Y al sacarlos se encontró con un par de enormes zapatos de payaso. Bueno, y qué voy a hacer, se dijo calzándose las puntudas lanchas en sus patitas de reina. Con mucho cuidado, salió de allí, y arrastrando los pies, llegó hasta la entrada del circo donde se escondió unos minutos detrás de un cartel al escuchar el motor de una patrulla.
Cuando hubo retornado el silencio, corrió atravesando la Alameda provocando estampidos con sus gualetazos de tony. Ahí se detuvo detrás de un árbol esperando que se callaran los ecos de su carrera. Y así se fue la loca en la noche payasa, de árbol en árbol, corriendo y zapateando, escondiéndose y temblando, mientras cruzaba la ciudad sitiada con el corazón en la mano y el culo sucio goteando las calles fúnebres de la dictadura.
Pedro Lemebel (foto)
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Ringo Star, Ronnie Wood y el narco Carlos Lehder

Carlos LehderTrae la revista digital Las2orillas una corta crónica sobre una pequeña historia de Ringo Star y Ronnie Wood con uno de los más grandes narcotraficantes del funesto ‘Cartel de Medellín’: Carlos Lehder, capturado en Colombia y extraditado a Estados Unidos en 1987, donde fue sentenciado a 135 años de prisión. La pena al parecer se redujo a 35 años, que actualmente cumple en ese país.
Aunque trae un dato un poco exagerado sobre la permanencia de los rockeros en la propiedad del narcotraficante en Cayo Norman, una isla que compró para quitarse de encima la intermediación de los narcotraficantes estadounidenses y ponerla al servicio del Cartel de Medellín para hacer llover toneladas y toneladas de cocaína sobre Florida, Estados Unidos, la historia está refrendada en el libro que de su vida publicó Wood, el guitarrista de los Rolling Stone.
Titulada ‘El día que un Beatle y un Rolling Stone fueron secuestrados por Carlos Lehder’, la crónica la firma Iván Gallo
. JSA
A principios de 1978 los narcotraficantes colombianos estaban hastiados de tener que vérselas con intermediarios gringos para meter las toneladas de coca que distribuían en Los Estados Unidos. El negocio era rentable pero podía ser mejor. Por eso, cuando a Carlos Lehder (foto) se le ocurre la grandiosa idea de comprar Cayo Norman (foto aérea), una pequeña isla de Bahamas compuesta de unos cuantos cientos de acres de tierra ubicada a unos cuantos kilómetros de las costas de la Florida, y desde allí iniciar el vendaval de cocaína que caería sobre territorio norteamericano en los siguientes cuatro años, la historia del narcotráfico cambiaría para siempre.
Desde ese momento Lehder y sus compinches eran tratados como reyes en las islas y no había un solo dirigente o militar local que no cayo normanrecibiera algo de su acostumbrada generosidad. El dinero del narcotráfico permeó la economía local y allí ‘El Loco’ (Carlos Ledher) no sólo estableció un emporio económico que catapultaría al Cartel de Medellín como la organización criminal más rica del mundo, sino que desde Cayo Norman el quindiano armaría las rumbas más estrafalarias que el Caribe haya podido recordar.
Contrario a los gustos musicales que podían tener (Gonzalo) Rodríguez Gacha, quien disfrutada del corrido y la ranchera, o Pablo Escobar quien se derretía por las baladas de El Puma y Camilo Sesto, Lehder era un amante del rock y esa fascinación le hizo conocer de frente a rutilantes estrellas del género mientras fue el rey de Cayo Norman. Con algunas de ellas, aprovechando el gusto que tenían por la noche y las drogas, llegó a ser su amigo.
Tony Sánchez, antiguo dealer, chofer, guardaespaldas y parcero (amigo) de Keith Richards, afirma que era común ver en plena gira a narcos colombianos acercándose a los Rolling Stones, regalándoles miles de dólares en cocaína. Mick Jagger, siempre cuidadoso de su imagen, se mantuvo siempre al margen, pero Ron Wood, el guitarrista que reemplazaría desde 1974 a Mick Taylor en la banda, llevado por su adicción al juego, la rumba y la droga, intimó más de lo que debía con el muchacho de Armenia (Lehder).
Era diciembre de 1979 y Roonie vivía el fin de una larga temporada en París con Josephine, la blonda y voluptuosa muchacha con la que se casaría un par de años después. Se acababa la década y Francia empezaba a ponerse helada. El rocker y su chica querían ver playa, palmeras y sol.
En una fiesta parisina se encontraron con Lehder. Conversaron un rato y éste, al escuchar que los tortolitos buscaban un lugar tranquilo y cálido para seguir disfrutando de las mieles del amor, les sugirió que el mejor sitio para ser feliz era la mansión que él tenía en Cayo Norman. Los ojos desorbitados de Lehder, adicto a los CS o “Cigarrillos Sucios” unos largos, gordos y explosivos baretos de marihuana mezclados con heroína, se brotaron aún más al pensar en las posibilidades rumberas que implicaría tener a un Rolling Stone en su casa. Sin esperar la respuesta de sus invitados “Decidió que nos íbamos con él y no creo que tuviéramos mucha más opción” escribe el propio Wood en su autobiografía y prosigue: “No fue tanto una invitación como una orden. Era un tipo muy dominante”. Para tranquilizarlos un poco los llevó a un rincón de la fiesta y abrazando con fuerza a un embaladísimo Ringo Starr les dijo que él también se iba de juerga a “La casita de Bahamas”.
Al otro día, sin haber dormido, arrancaron para el Caribe. En todo el trayecto Lehder, a quien Ron Wood se refiere todo el tiempo con el alias de “Víctor”, no paró de decir incoherencias y de fumarse, uno tras otro, sus cigarrillos sucios. Siempre hablaba muy alto y su lenguaje era una rara mezcla de vulgaridades dichas en español e inglés. En el avión no venía Ringo, al preguntarle Wood al narco por qué no estaba el beatle, este le dio una cariñosa cachetada en la cara y le dijo que no se preocupara porque el baterista “Ya se encontraba en camino”.
Aterrizaron en la pista de kilómetro y medio que “Víctor” había mandado construir en Cayo Norman. Los acomodaron en un majestuoso Bungalow y a las pocas horas apareció Ringo quien, según palabras del guitarrista “Venía cabreado”. Pero la tensión se disiparía cuando Lehder los llevó a conocer el modernísimo estudio de grabación que había construido para que “Artistas de la talla de ustedes toquen para mi” y diciendo esto prácticamente los músicos entendieron que más que una invitación era una orden del narco.
Pasaron días enteros tocando en la sala de grabación para el capo. Este sólo atinaba a sonreír y a viajar en su nube opiácea. Muchachos entre 15 y los 18 años, deambulaban semidesnudos por la mansión mientras las paredes de estas retumbaban por los riffs salvajes de Ron Wood. (Carlos Ledher era homosexual y siempre anduvo rodeado de jovencitos a su disposición. Esta característica de Ledher se muestra en la telenovela –vista en Chile– ‘Pablo Escobar: El patrón del mal’)
De noche salían a ver las estrellas y a entregarse a las paletadas de coca. Había una habitación cuyas paredes y pisos estaban tapiadas de cocaína “Era como la cueva de Aladino” recuerda Wood.
En la noche el rey de Cayo Norman se encerraba con su corte de ángeles en una casa que quedaba al otro lado de la isla. A los músicos solo los veía como personal que se ocupaba única y exclusivamente de tocar sus instrumentos. La situación duró cerca de un mes y a mediados de enero de 1980, Lehder, acosado por sus socios del Cartel de Medellín que le pedían más compromiso con la causa y menos rumba, decide liberar a los ingleses.
Para el Stone y el Beatle su estancia en la isla, siendo invitados del capo colombiano, sólo es un mal recuerdo “tocábamos tanto que en esos días compuse una canción llamada Tiger Balm… no hace mucho que Ringo y yo estuvimos recordando los días en que fuimos rehenes de aquel tipo, intercambiando rayas por riff, y golpecitos de tarjeta por golpes de batería”.

La CIA estaba al tanto de Contreras y Guzmán

Jaime-Guzman-7Después de la revelación sobre la homosexualidad de su tío, el fundador del partido ultraderechista Unión Demócrata Independiente, Udi, Jaime Guzmán Errázuriz (foto), el cineasta Ignacio Santa Cruz deslizó la asombrosa afirmación de que los responsables de su asesinato se hallaban en la propia dictadura que ayudó a perpetuar. No estaba desvariando. El artículo ‘Los informes secretos de la CIA sobre Jaime Guzmán’, de Carlos Basso Prieto, confirman la presunción de Ignacio Santa Cruz: Manuel Contreras, ex director de la oficina de inteligencia, torturas, asesinatos y desapariciones, Dina, hoy preso en Punta Peuco por delitos de lesa humanidad, y en su época la mano derecha del dictador Augusto Pinochet, estuvo involucrado. Informa Basso Prieto que “28 días después del crimen (de Jaime Guzmán Errázuriz), es decir, el 29 de abril de 1991, la Estación de la CIA en Santiago envió un informe de tres páginas a Washington referido al homicidio (…) que fue desclasificado en julio del año 2000 y es, probablemente, uno de los documentos más censurados de entre los que liberó la CIA (…) (en el que queda claro que) existía información en orden a que “una célula de la facción disidente del FPMR (FPMR-A), que fue infiltrada por el antiguo director de Inteligencia Nacional, general en retiro Manuel Contreras Sepúlveda, llevó a cabo, el 1 de abril, el asesinato del senador derechista Jaime Guzmán Errázuriz”.

El periodista Carlos Basso también cuenta antecedentes sobre fricciones que hubo entre Manuel Contreras y Jaime Guzmán, en cuanto a que Contreras apreciaba y defendía la “mano dura” de la dictadura, mientras Guzmán prefería la “mano blanda” pero con dureza mediante artilugios jurídicos, y sobre todo, le preocupaba a Guzmán la imagen que Chile proyectaba al mundo sobre la violación de los derechos humanos, asunto que nada le importaba a Contreras.

El interesantísimo artículo, puede leerse aquí.

Truman Capote y la escritura literaria

TrumanCapoteSe hizo notar en 1958, a los 34 años, con la publicación de ‘Desayuno en Tiffany’s’, y se colmó de fama en 1966, a los 42 años, con la publicación de ‘A sangre fría’. Con esta obra rompió la línea divisoria entre crónica periodística y narración literaria, estableciendo una nueva era de ‘periodismo literario’. Truman Capote (foto) fue no solo ese genial escritor, sino un personaje del mundillo social de Los Ángeles, California, en el que se movió con soltura. Un personaje de escándalos, por sus excesos de alcohol y sus caprichos homosexuales, y porque incumplió a las editoriales, de las que –se dice– obtenía importantes sumas de dinero, como adelantos de futuros libros que, finalmente, jamás terminó. Pero ahora nos interesa su calidad de gran escritor. Y algunos de –lo que podríamos llamar– sus ‘consejos literarios’, plasmados en una entrevista a The Paris Review:

¿Qué fue lo primero que usted escribió?     Cuentos. Y mis más desaforadas ambiciones aún giran alrededor de este género. Me parece que cuando es explorado con seriedad el cuento es la forma más difícil de escritura, y la que exige la mayor disciplina. Todo el control y la técnica que tengo los debo completamente a mi experiencia con este medio de comunicación.

¿A qué se refiere exactamente al decir “control”?     Me refiero a mantener una preeminencia estilística y emocional sobre el material. Llámelo algo precioso y olvídelo, pero creo que un cuento puede hundirse por un ritmo inadecuado en una frase –especialmente si se presenta cerca del final– o por un error en la organización de los párrafos, o incluso por la puntuación. Henry James es el maestro del punto y coma. Hemingway es un organizador de párrafos de primera clase. Desde el punto de vista del oído, Virginia Woolf nunca escribió una frase mala. No quiero decir con ello que yo practico lo que predico. Sólo trato de hacerlo, eso es todo.

¿Cómo llega uno a la técnica del cuento?     Puesto que cada cuento presenta sus propios problemas técnicos, obviamente no se pueden hacer generalizaciones al estilo de dos-y-dos-son-cuatro. Para encontrar la forma adecuada para tu cuento, simplemente tienes que descubrir la forma más natural para contar la historia. La forma de comprobar si el escritor ha adivinado la forma natural para contar su historia es la siguiente: después de leerla, ¿puedes imaginarla de manera diferente, o bien silencia a tu imaginación y te parece absoluta y final? De la misma manera como una naranja es algo definitivo. De la misma manera como una naranja es algo que la naturaleza ha hecho simplemente bien.

¿Hay recursos para mejorar la propia técnica de escritura?     El único recurso que conozco es el trabajo. La escritura tiene leyes de perspectiva, de luz y sombra, igual que la pintura o la música. Si naces conociéndolas, perfecto. Si no, apréndelas. Y entonces reacomoda las reglas para que se adapten a ti. Incluso Joyce, nuestro más extremo inconforme, era un espléndido artesano; él pudo escribir Ulises precisamente porque pudo escribir Dublineses. Demasiados escritores parecen considerar que escribir cuentos es una especie de ejercicio con los dedos. Bueno, en tales casos lo único que hacen es ejercitar sus dedos…

Hace 40 años, 11-S, ganó en Chile la mayor traición

pinochet-allendeMañana se cumplen 40 años del alevoso golpe armado de Augusto Pinochet (foto) contra La Moneda para destruir la Democracia e implantar una Dictadura de terror y violación de las libertades públicas y derechos humanos. Así fueron los hechos. Lo demás, son “argumentos”. Disculpas. Explicaciones sesgadas. Pretensión (fallida) de querer reescribir la historia. Desinformación.

Nada justifica un golpe militar. Nada.

Son pamplinas y palabrería las historietas que inventan unos y otros para intentar borrar los hechos: 1) Chile era un caos, 2) Todo el mundo quería el golpe, 3) Era malo el gobierno de Salvador Allende y se lo merecía, 4) El país no resistía otra salida a una pretendida mala situación, y 5) Etcétera.

Salvador Allende (foto) llegó a ser Presidente de la República por elección popular. Creía y ejercía la Democracia. Entonces, si había suficiente descontento, por la misma vía democrática debió haberse revocado su mandato. Pero sus enemigos (políticos y económicos) jamás consideraron la posibilidad democrática. Y optaron por la fuerza bruta.

Si había excesos, y deficiencias del gobierno Allende, la manera de enfrentarlo era, también, democráticamente. Pero los empresarios y camioneros y banqueros y políticos y medios de comunicación que sabotearon la economía del gobierno de Allende, encabezaron el apoyo al golpe militar.

(Solo como arista referencial, mencionar la participación de la CIA desde el mismo instante en que es elegido democráticamente el presidente Salvador Allende.)

Un golpe militar es un asalto, a mansalva, de un grupo armado contra un grupo desarmado. Una cobardía. Cualquiera otra definición es palabrería.

Un golpe militar se produce cuando los uniformados (Ejército, Armada, Policía y Aviación) violan el principio constitucional de defensa de la soberanía, y se politizan.

Entonces, hablamos de violadores de la Constitución y las Leyes. Los uniformados (o fuerzas armadas), que deben obediencia absoluta al Presidente de la República.

Y si los militares violan la Constitución y las Leyes, y asaltan, a mano armada, como cualquier delincuente, el símbolo de la Democracia (que en este caso es La Moneda), están traicionando a su jefe, traicionando a las leyes, traicionando a las instituciones y traicionando a la Constitución.

Y en última instancia traicionando a la ciudadanía.

Así son los hechos. No hablo de “argumentos”, porque para esto los chilenos son buenos. Buenísimos. Pueden dar las mejores explicaciones a las situaciones más absurdas para hacerlas ver normales. Los golpistas (tanto los que ejecutan el asalto armado, como los que lo apoyan), en los hechos, son traidores.

El mayor traidor fue, obviamente, Augusto Pinochet. Un desleal, él, quien era, por mandato legal y constitucional, un subalterno del Presidente de la República (foto).

Y había sido recientemente designado comandante del Ejército, porque el presidente Salvador Allende había depositado su confianza en él. Pero Augusto Pinochet lo traicionó. Lo apuñaló por la espalda. Fue el cuervo que le sacó los ojos.

De modo que resulta extraño, muy extraño, que esos políticos, empresarios y comerciantes y medios de comunicación ensalcen al traidor Augusto Pinochet. Lo ensalzan quienes apoyaron su traición al Presidente de la República y a la Democracia. Lo ensalzan quienes rieron al ver quebrantada la Democracia e implantada en Chile una Dictadura que mantuvieron vigente durante 17 años.

Esos personajes son los que “justifican” y ensalzan al traidor Augusto Pinochet. Es decir, varios actuales ministros, actuales empresarios conocidos, banqueros conocidos, medios de comunicación conocidos y actuales políticos conocidos, se sienten orgullosos de su héroe-traidor.

Tanto, que lo protegieron para que la Justicia no le hiciera pagar sus crímenes, y muriera, vilmente, en la impunidad. También la Justicia sonrió con la Dictadura. Y el gobierno del demócrata-cristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, apoyado por sus aliados de la llamada «Concertación», todos los cuales protegieron al dictador de ser juzgado por sus delitos de lessa humanidad.

Por estos días, hay una oleada de “arrepentimientos” y lágrimas de cocodrilo. Y en río revuelto habló la Democracia Cristiana para “aclarar” que ellos no participaron del golpe de Estado del traidor Augusto Pinochet.

Sin embargo, hay alguien que fue testigo de excepción de esos momentos, en tanto pelele de Pinochet, el desleal. Es decir, no solamente observador de primera mano, sino cómplice del traidor. Me refiero al señor Hermógenes Pérez de Arce, quien asegura que entre los políticos que incentivaron el golpe militar se contaron los dirigentes de la Democracia Cristiana.

A Hermógenes Pérez de Arce, por su posición privilegiada, le creo. ¿Y a quién le extraña un proceder así de la Democracia Cristiana? Esta agrupación política proviene de la Falange española; es decir, del franquismo, o la facción fascista (o nazista) de la España de entonces. Y ¿cómo es posible que socialistas y demócratas tengan de aliada a la Democracia Cristiana, mediante esa montonera que denominan «Concertación«, sin darles vegüenza?

Estos son los hechos de 1973 que se recuerdan mañana.

Y cuarenta años después del crimen a la Democracia, y el ensangrentamiento del país, todavía no ha actuado la Justicia, cabalmente. Aún andan por ahí, siendo “importantes” políticos y empresarios, muchos de quienes auparon violentar y traicionar las Leyes y la Constitución, y traicionar al Presidente de la República, para ayudar a masacrar la Democracia y erigir, como su flamante héroe, a un vil traidor. A un cobarde.

Y una vez establecido en el poder el traidor de charreteras, y sus secuaces desleales, vino el andamiaje jurídico que armó Jaime Guzmán Errázuriz, a la medida de ese cobarde armado, y enseguida el experimento económico neoliberal (o de los Chicago Boys) que hoy evidencia su fracaso en tanto viabilidad social (aunque el grupúsculo de sus beneficiarios monetarios lo consideren “un éxito”).

Mañana, 11 de septiembre, hace cuarenta años, se dio inicio a un montaje de país que no tiene médula humana, sangre ni alma. Pero afortunadamente estamos en el momento justo para emprender un saludable cambio, que tanto necesita (en lo político y lo económico) el país. Ahora, que hay nueve ciudadanos (y ojalá fueran más, y no solo dos escogidos a puerta cerrada) que pugnan, democráticamente, como candidatos a La Moneda.