¿Emérito? Aunque un amigo me trata de ignorante porque digo que a Juan Barros, obispo de Osorno (foto catedral), lo ascendieron a la categoría de “emérito”, me jura que no. Emérito, en la RAE es: “persona que se ha retirado de un empleo o cargo y disfruta algún premio por sus buenos servicios”, y “profesor que sigue dando clases después de la jubilación, en reconocimiento a sus méritos”. Le digo que cuáles son los “buenos servicios” de Barros para “disfrutar un premio”, si lo que hizo fue encubrir la pederastia y pedofilia que ocurría en la parroquia de El Bosco y en el entorno del delincuente Fernando Karadima. (Y no sabemos a ciencia cierta si Barros también sea pederasta) De igual manera, por qué “reconocimiento a sus méritos”, si sus méritos fueron encubrir la pederastia y pedofilia en la parroquia El Bosque o el entorno de Fernando Karadima. Me dice que ese es lenguaje de la curia, que no tiene nada qué ver con la RAE. ¿Qué? ¿También corrompen el idioma, para encubrir sus delitos? Para los curas y el Vaticano, alguien que encubre la pederastia y pedofilia puede ser “emérito”, y entonces la pederastia y la pedofilia no es un delito sino un pecado solamente.
¿Encubrimiento papal? Ahora se dice que la salida de Juan Barros de la diócesis de Osorno lo deja con todos “los honores”, porque el papa le aceptó su renuncia protocolaria, pero no lo destituyó por encubridor de pederastia y pedofilia. Salió limpio de polvo y paja, como se dice, aunque en su caso puede también hablarse de una expresión literal. El papa, entonces, desde el Vaticano (foto), a mi modo de ver es, nuevamente, un encubridor de Juan Barros. Hace 3 años lo encubrió diciendo que las denuncias en contra de Barros era de gente “tonta” influenciada por “la zurda”. Que Osorno “no entendía los designios de Dios”, dijo el papa. Y cuando estuvo aquí en Chile, regañó a un periodista que le preguntó por Barros, diciendo que “no había una sola prueba en contra” de Barros. Como me lo temía, el papa montó una escenografía, con “enviados especiales” y reuniones, para mofarse de las víctimas. Y el primer paso, en su tinglado, fue darle salida a Juan Barros “sin condenarlo por su proceder”. Simplemente le aceptó una carta de “renuncia protocolar”. El papa le está haciendo trampa a la feligresía de Osorno, y de Chile, y a este ritmo, se va a ir al infierno.
Trump. Dígase lo que quiera, pero lo que no pudieron sus antecesores, lo logró Donald Trump: frenar a Corea del Norte. Puede que no nos guste el jopo, la gomina que usa, o la forma poco ortodoxa de enfrentársele a Kim Jong-Un, pero lo logró, sin degradar las cualidades de Estados Unidos como potencia mundial.
Rojo. La nueva versión del programa Rojo, del canal oficial Tvn, la está animando Álvaro Escobar (foto). El fondo del programa es el mismo del Rojo anterior: visibilizar el talento de jóvenes en el canto y el baile. Jóvenes que quedaron de un cedazo previo. En nada hace recordar el Rojo anterior que animó Rafael Araneda. Y, con todo respeto, creo que lo hace mejor Álvaro Escobar. Esa voz nasal de Rafael Araneda, y el “misterio” o “suspenso” que le ponía a ciertos pasajes del programa resultaba patético. Además, Escobar se siente menos acartonado, más cercano. Parece humano, en comparación con “el tío conductor”. Y este sería un comentario: no le digan “tío conductor” a Álvaro Escobar. Ese mote se usó con Rafael Araneda, y el Rojo actual en nada quiere calcar lo que fue el Rojo del pasado.
Nocturnos. Hablando de nuevos programas en la tele, hay que mencionar los programas “La noche es nuestra”, de Chilevisión (foto 1), y “Sigamos de largo” de Canal 13 (foto 2). Espacios de entretenimiento, al final de la programación de esos canales de televisión abierta. ‘La noche es nuestra’ es conducido por Felipe Vidal, Pamela Díaz y Jean Philippe Cretton. Es, simplemente, una sala de casa, o departamento, donde se sientan los conductores con los invitados, sin ningún propósito (me refiero a que no pretende “la noticia”, ni “revelar un secreto” de la vida de los invitados, como se acostumbra en los programas de entrevista) Es pasarla bien, solamente. Me agrada. En cuanto a ‘Sigamos de largo’, está entre la simple entretención y la entrevista. Encuentro que, a diferencia de los tres animadores de ‘La noche es nuestra’, que son livianos, sin pretensión de nada, los tres
animadores de ‘Sigamos de largo’ (Marcelo Comparini, Sergio Lagos y Marco Silva) son muchos. Pesan. Y el programa queda desbalanceado. Casi pesan más los animadores que los invitados. Esto se ha aliviado un poco, con el reemplazo que Javiera Contador está haciendo de Marcelo Comparini (merecedor de toda admiración por su creatividad a lo largo de su carrera, y su inteligencia) mientras está fuera de Santiago, según han dicho allí mismo. ‘Sigamos de largo’ me agrada, sin embargo no está del todo ajustado, como sí lo está ‘La noche es nuestra’, con relación al propósito.
Otra vez JC. Ya que estamos en farándula, decir por último que Julio César Rodríguez mintió en el programa ‘La noche es nuestra’, del canal en que él trabaja, donde dijo que las quejas por su morbosidad y manoseo de mujeres durante la animación de Viña del Mar 2018, se redujo “a un simple meme”, que “lo pilló” en un gesto. No. No es así. Hay 3 o 4 horas, horas de videos, en las que se ve su manoseo y sus miradas morbosas a todas (sin excepción) las mujeres que entrevistó. Como se anotó acá, cambiaba de mano el micrófono para poder cogerlas por la cintura. A todas. Ahí están los videos. No fue un meme. Que no mienta. La calentura de JC Rodríguez llega al punto de hacer desnudo el programa que tiene en la cadena radial demócrata cristiana Bio Bio (foto).