Archivo de la categoría: Artes visuales

III Concurso de Fotografía de APTUR

El presidente de la Asociación de Periodistas de Turismo de Chile, Antonio Faundes Merino, recuerda sobre el III Concurso de Fotografía de APTUR Chile que el plazo para el envío de los trabajos vence este 15 de septiembre. Pueden hacerlo al mail concursoaptur@gmail.com . Comunicación whatsapp: 56999172894

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Osorio, Valdebenito, Meruane y Moreno

Gabriel OsorioOsorio. Histórico el triunfo de la película del director Gabriel Osorio (foto), ‘Historia de un oso’, en los premios Óscar de Hollywood como mejor Cortometraje Animado. “Estamos felices. Queremos darle las gracias a la Academia, a nuestras familias y a todos en Chile, quienes confiaron en nuestro trabajo”, dijo Osorio, y añadió: “Quiero dedicar el premio a mi abuelo, quien inspiró esta historia. Y a todas las personas que sufrieron en el exilio. Que esto nunca más vuelva a ocurrir”. La película estuvo producida por Patricio Escala, quien remató en el teatro Dolby con un “Gracias a todos. ¡Viva Chile!”.

Valdebenito. Con Natalia Valdebenito (foto) el humor en el Festival de Viña del Mar quedó Natalia-Valdebenitoen otro nivel. Primero porque se trató de una historia bien contado, de la vida de una mujer; y segundo, porque se trató de una mujer, justamente. Una mujer, no la que contó la historia, Natalia Valdebenito, sino porque puso al descubierto la intimidad emocional y argumentativa de la mujer, sin feminismos fáciles. Quedo a otro nivel, porque mostró de una manera fresca y natural una (aunque la palabreja no me gusta mucho) ‘rutina’ bien hilvanada. Creo que con Natalia Valdebenito quedó claro que los “cuenta-chistes” quedaron para otros escenarios, y quedaron como un género menor, o subgénero, en el mundo del humorismo.

Meruane. El segundo fracaso que sufre Ricardo Meruane (foto) en la Quinta Vergara, ricardo meruanedurante el Festival de Viña del Mar, nos habla de un estilo de humor pasado de moda. Ya no sirve ser un “cuenta-chistes”, sobre todo, en su caso, después de actuaciones como las de Rodrigo González, Edo Caroe y Natalia Valdebenito. ¿Cómo sale al escenario un Meruane anacrónico, con chistes viejos, mal contados, sin brillo? ¿Cómo no tiene pudor, y abandona el escenario cuando lo pifian por más de diez minutos? Pero lo más increíble es oír a algunos animadores de matinal, culpando a Rafael Araneda y Carolina de Morás, los animadores, porque le ofrecieron una segunda oportunidad a Meruane, después de una primera lluvia de pifias. Meruane pidió volver al escenario, y fracaso nuevamente. Pero cuando después lo entrevistaron, no tuvo una palabra de autocrítica. ¡Cero autocrítica! ¡Culpó al público, dizque porque no entendió su humor! Qué tan cínico y cara de palo el señor Ricardo Meruane. ¡Y anunció que se volvería a presentar, si lo dejan! Meruane fue por el dinero, sin tener vergüenza ni honradez consigo mismo, porque al fin y al cabo su carrera como ‘humorista’ ya terminó.

Moreno. Estaba Aristarco molesto con el triunfo de Nicole Moreno (foto), conocida nicole morenoinicialmente como ‘Luli’, como la reina del Festival de Viña 2016. Me preguntó si sabía quién era el personaje que estaba detrás de ella, moviendo hilos de alto nivel en el Canal 13 y entre periodistas, e impulsándola a alturas inconcebibles. Recordó Aristarco que esta mujer ha estado metida en enredos de secuestro, abducción de extraterrestres, ha sido compradora compulsiva de departamentos (con un pequeño sueldo de un reality) y ha estado enredada con tipos raros de la noche santiaguina. ¿De cuándo acá, Chile se merece un personaje de tan poca monta?, me preguntó. Levanté los hombros, y contesté que seguramente eso es lo que nos merecemos.

‘Manifiesto… de una artista’ de Marina Abramovic

Marina AbramovicLa conducta del artista en su vida

Un artista no debe mentirse a sí mismo u a otros.

Un artista no debe robar ideas a otro artista.

Un artista no debe hacer concesiones consigo mismo o con el mercado del arte.

Un artista no debe matar a otro ser humano.

Un artista no debe hacer de sí mismo un ídolo.

Un artista no debe hacer de sí mismo un ídolo.

Un artista no debe hacer de sí mismo un ídolo.

La relación del artista con su vida amorosa

Un artista debe evitar enamorarse de otro artista.

Un artista debe evitar enamorarse de otro artista.

Un artista debe evitar enamorarse de otro artista.

La relación del artista con lo erótico

Un artista debe desarrollar un punto de vista erótico en relación al mundo.

Un artista debe ser erótico.

Un artista debe ser erótico.

Un artista debe ser erótico.

La relación del artista con el sufrimiento

Un artista debe sufrir.

Del sufrimiento surge el mejor trabajo.

El sufrimiento trae transformación.

A través del sufrimiento el artista trasciende su espíritu.

A través del sufrimiento el artista trasciende su espíritu.

A través del sufrimiento el artista trasciende su espíritu.

La relación del artista con la depresión

Un artista no debe estar deprimido.

La depresión es una enfermedad y debe ser curada.

La depresión no es productiva para un artista.

La depresión no es productiva para un artista.

La depresión no es productiva para un artista.

La relación del artista con el suicidio

El suicidio es un delito contra la vida.

Un artista no debe suicidarse.

Un artista no debe suicidarse.

Un artista no debe suicidarse.

La relación del artista con la inspiración

Un artista deber mirar profundamente dentro de sí en busca de inspiración.

Cuanto más profundo mire dentro de si, más universal se vuelve.

Un artista es universo.

Un artista es universo.

Un artista es universo.

La relación del artista con el autocontrol

Un artista no debe tener autocontrol de su propia vida.

Un artista debe tener completo autocontrol de su obra.

Un artista no debe tener autocontrol de su propia vida.

Un artista debe tener completo autocontrol de su obra.

La relación del artista con la transparencia

Un artista debe dar y recibir al mismo tiempo.

La transparencia significa receptividad.

La transparencia significa dar.

Transparencia significa recibir.

La transparencia significa receptividad.

La transparencia significa dar.

Transparencia significa recibir.

La relación del artista con los símbolos

Un artista crea sus propios símbolos.

Los símbolos son el lenguaje de un artista.

Por lo tanto el lenguaje debe ser traducido.

Algunas veces es difícil hallar la clave.

Algunas veces es difícil hallar la clave.

Algunas veces es difícil hallar la clave.

La relación del artista con el silencio

Un artista debe comprender el silencio.

Un artista debe crear el espacio para que el silencio entre a su obra.

El silencio es como una isla en medio de un océano turbulento.

El silencio es como una isla en medio de un océano turbulento.

La relación de un artista con la soledad

Un artista debe hacerse de tiempo para largos períodos de soledad.

La soledad es extremadamente importante.

Lejos del hogar,

Lejos del taller,

Lejos de la familia,

Lejos de los amigos.

Un artista debe permanecer mucho tiempo en cascadas.

Un artista debe permanecer mucho tiempo en volcanes en erupción.

Un artista debe permanecer mucho tiempo mirando ríos torrentosos.

Un artista debe permanecer mucho tiempo mirando el horizonte donde el océano y el cielo se unen.

Un artista debe permanecer mucho tiempo mirando las estrellas en el cielo.

La conducta de un artista en relación al trabajo

Un artista debe evitar ir al taller todos los días.

Un artista no debe tomarse su agenda de trabajo, tal como lo hace un empleado bancario.
Un artista debe explorar la vida y el trabajo sólo cuando una idea venga a él en un sueño, o durante el día como una visión que surge como una sorpresa.

Un artista no debe repetirse a sí mismo.

Un artista no debe sobreproducir.

Un artista debe evitar su propia contaminación del arte.

Un artista debe evitar su propia contaminación del arte.

Un artista debe evitar su propia contaminación del arte.

Las posesiones de un artista

Los monjes budistas aconsejan tener sólo nueve posesiones en la vida:

1 prenda de vestir para el verano,

1 prenda para el invierno,

1 par de zapatos,

1 bol para comida,

1 mosquitero,

1 libro de oraciones,

1 paraguas,

1 manta donde dormir

y 1 par de anteojos, de ser necesario.

Un artista debe estar advertido del mínimo de posesiones que debe tener.

Un artista debe tener más y más de menos y menos.

Un artista debe tener más y más de menos y menos.

Un artista debe tener más y más de menos y menos.

La lista de amigos de un artista

Un artista debe tener amigos que alegren su corazón.

Un artista debe tener amigos que alegren su corazón.

Un artista debe tener amigos que alegren su corazón.

La lista de enemigos de un artista

Los enemigos son muy importantes.

El Dalai Lama dijo que es fácil sentir compasión por los amigos, pero es mucho más difícil sentir compasión por los enemigos.

Un artista debe aprender a perdonar.

Un artista debe aprender a perdonar.

Un artista debe aprender a perdonar.

Diferentes escenarios de muerte

Un artista debe ser consciente de su propia mortalidad.

Para un artista no sólo es importante cómo vive su vida, sino también cómo muere.

Un artista debe observar los símbolos en su trabajo como señales de diferentes escenarios de muerte.

Diferentes escenarios de un funeral

Un artista debe dejar instrucciones antes de su funeral para que todo se haga según su voluntad.

El funeral es la última obra de un artista antes de su partida.

El funeral es la última obra de un artista antes de su partida.

El funeral es la última obra de un artista antes de su partida.

Marina Abramovic (foto) (Título completo del texto: «Manifiesto de la vida de un artista»)

García Márquez visto por Pier Paolo Pasolini

Pier Paolo PasoliniEl 22 de julio de 1973 escribió el cineasta italiano Pier Paolo Pasolini (foto) en la revista ‘Tempo’ un texto titulado “Gabriel García Márquez: un escritor indigno”, en el que analiza la lectura de la novela ‘Cien años de soledad’. La traducción al español es de Roberto Raschella. Helo aquí:
Parece ser un lugar común considerar “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez (libro recientemente editado), como una obra maestra. Este hecho me parece absolutamente ridículo. Se trata de la novela de un guionista o de un costumbrista, escrita con gran vitalidad y derroche de tradicional manierismo barroco latinoamericano, casi para el uso de una gran empresa cinematográfica norteamericana (si es que todavía existen). Los personajes son todos mecanismos inventados –a veces con espléndida maestría– por un guionista: tienen todos los “tics” demagógicos destinados al éxito espectacular.
El autor –mucho más inteligente que sus críticos– parece saberlo muy bien: “No se le había ocurrido hasta entonces –dice él en la única consideración metalingüística de su novela– pensar en la literatura como en el único juego que se había inventado para burlarse de la gente…” Márquez es sin duda un fascinante burlón, y tan cierto es ello que los tontos han caído todos. Pero le faltan las cualidades de la gran mistificación, las cualidades que posee, como para dar un ejemplo, Borges (o en menor escala Tomasi di Lampedusa, si “Cien Años de Soledad” recuerda un poco al “Gattopardo” aún en los equívocos que ha despertado en el pantano del mundo que decreta los éxitos literarios).
Los críticos literarios deben tomar nota de un nuevo “género” o técnica, que ya pertenece históricamente a la literatura: el guion cinematográfico, y también el denominado “tratamiento”. En el guion y el tratamiento, el autor tiene conciencia de que su obra no es literaria ya que se trata de estructuras provisionalmente lingüísticas, que en realidad “quieren” ser otras estructuras: estructuras, puntualmente, cinematográficas. El autor de un guion o de un tratamiento es tanto más hábil literato cuanto más consigue obtener la colaboración del lector en la visualización de lo que está escrito provisionalmente. El asumir tal provisionalidad (esa voluntad de la estructura de ser “otra estructura”) forma parte de la técnica literaria del guionista y, potencialmente, de su estilo.
Sin embargo, la mayor parte de los guiones y de los tratamientos son pésima literatura –como es el caso de este libro–. Literatura indigna. ¿Por qué?
El primer acto del escritor de guiones consiste en identificar al lector con el productor. El que debe colaborar con el autor en la “transformación” de la estructura lingüística en estructura cinematográfica, es justamente el que paga. El destinatario de la obra es, una vez más, el patrón. Ahora bien: la mayoría de los escritores cinematográficos provienen de una élite cultural: son entonces personas que tienen la obligación, diría social, de considerar al patrón un idiota, un semianalfabeto, un hombre despreciable. Pero al mismo tiempo, deben hacer que su obra le guste. Y en el momento en que el guionista identifica al productor con un destinatario “idiota, semianalfabeto y despreciable”, tiene un solo modo de convencerlo: la degradación de su propia obra. Entonces, la inocente “captatio benevolantiae” que todo autor, en distintas medidas, utiliza para obtener la colaboración del lector, termina convirtiéndose en una operación inmoral, que envuelve al autor en la degradación por él planificada con bajeza.
La colaboración del autor con el lector–productor, tiene por lo tanto los caracteres de una abyecta complicidad: tiende a hacer de él un compañero y cómplice, degradándose a su supuesto nivel de estúpido, vulgar, conformista, cínico conocimiento de las cosas humanas.
Tal esfuerzo por simplificar, por reducir, por desdramatizar, por hacerlo todo comunicable y sin problemas reales, termina volviéndose una atroz forma de adulación del patrón: así, y para decirlo con sus propias palabras, el guionista, aun despreciando al patrón, y hasta por el hecho de verse obligado por él a un comportamiento miserable, se hace “rufián” a la par suya.
Pero ningún hombre es apriorísticamente tal como el guionista supone que es el productor: ningún hombre es apriorísticamente inferior a nosotros mismos. Y la primera regla moral de un autor consiste en considerar como su igual al lector: y si luego él identifica a ese lector como un productor, también dicho productor no puede sino ser considerado como su igual. Actuar de modo contrario a esta primera y elemental regla moral vuelve a un autor indigno de su profesión.