Quiero. Las lecturas que antes se conocían como drama, comedia o históricas, el mundo comercial de la internet les ha dado una nueva denominación: Escapar a un lugar exótico, Pasar un buen rato, Ser otro, Vivir una historia de amor, Olvidar mis problemas y otras tantas por el estilo. Así es la oferta de textos de Penguin Random Haouse (logo), en el sitio ‘mientrastantoleo.com’, donde por 1,50 euros puede acceder a estos contenidos. La pregunta es: ¿Qué quiero? “Quiero…”
Padres. He caído bajo el influjo de la sensiblería televisiva. Lo confieso. El responsable de esta nueva realidad personal es un programa de televisión llamado ‘Padres lejanos’, en Chilevisión, animado por Francisca García-Huidobro (foto). Solo vi el capítulo de anoche y encontré que había mucha energía acumulada en esas parejas de padres e hijos. Mucha energía, tanto positiva como negativa. Felicidad y odio. Y entonces uno reflexiona, con un nudo en la garganta, de cuán ‘buen’ padre ha sido. Nadie enseña, no hay manuales instructivos, de cómo ser un ‘buen’ padre. Conozco casos de buenos tipos que son criticados por sus hijos por diversa razones. Yo no merezco buenas calificaciones, lo admito. Creo no haber sido un padre ‘bueno’. Uno excelente, mucho menos. Soy un hombre que contrajo las responsabilidades de padre siendo casi un adolescente. Muy seguramente, fallé. Nadie puede ser tan irresponsable como para darle una responsabilidad semejante a la de encauzar una vida humana sin uno haberlo hecho con la suya. Qué irresponsabilidad. Y eso vi, y otras cosas, en este programa. Digo vi, pero fue mi vida. En mi reflexión de cuántos errores comete uno en la crianza, no basta con decir “hijo” ni dar órdenes. Es más compleja la cualidad de ser padre. ¡Siento tanto no haber sido mejor de lo que fui! Y como en el programa, pero en silencio, me arrepentí de mis yerros. Nada puede hacerse ya. Las cosas ocurrieron de la manera en que lo hicieron. Pero, de verdad, ¿los padres somos demonios para nuestros hijos? ¿O podemos serlo? Juro que no es mi caso, pero no lo sé. Soy parte interesada, al fin y al cabo, y no puedo juzgarme. Hice lo mejor, lo juro, pero quizás no fue suficiente. ¿Qué puedo hacer, ahora? Nada. Así ocurrieron las cosas. Asumo lo que me corresponda. Me inclino.
Post Scriptum. (19:25) Dijeron que el programa había sido un fracaso, que Francisca García-Huidobro solo servía para hacer ‘Primer plano’, que el tema era inadecuado. Me pareció que el programa tenía un contenido muy profundo. Se trataba de una terapia de sanación de algunas pésimas relaciones entre padres e hijos(as). Quizás el horario no fue el adecuado, aunque me pareció que estos temas son para la noche, pero quizás quién sabe cómo hubiera funcionado al mediodía, o en la tarde, compitiendo con las telenovelas de esa hora. Lo cierto es que Francisca está encasillada, o la quieren encasillar con ‘Primer plano’, el programa de copuchas de la farándula (por contenido, es un programa de mucha menor calidad que ‘Padres lejanos’). Lo que mostró es que ella puede con otros formatos. Es cuestión de hacerlo. Ensayo y error, tal vez. No siempre es bueno el nivel de sintonía de un programa. Pienso en ‘Motín a bordo’, ‘La gran apuesta’, ‘El chapuzón’ y ‘Contigo en verano?, los fiascos de Felipe Camiroaga (q.e.p.d.) antes de llegar a ser «el hombre de la sintonía» en el canal oficial Tvn.